Si, los activistas que zarparán con la Segunda Flotilla de la Libertad a Gaza saben a lo que se enfrentan, y temen la reacción de Israel porque "es impredecible y se sabe impune". Sin embargo, superando cualquier miedo, cabalgan en la cresta de esa ola de solidaridad que se generó justo hace un año, cuando millones de personas en el mundo se indignaron y condenaron el asesinato de nueve activistas en el Mavi Marmara en aguas internacionales, en mitad de la noche y a manos de los comandos de élite de la armada israelí. Más de 50 resultaron heridas y 750 fueron secuestradas durante días y deportadas después sin cargos.
Como es habitual, a Israel, esa operación militar le ha salido gratuita. Las contundentes condenas internacionales nunca se tradujeron en sentencias jurídicas y esos asesinatos siguen de momento impunes. No ha habido otra investigación que la realizada por la comisión Turkel, en la que Israel se autoinvestigó concluyendo que sus tropas actuaron de forma "correcta" para defenderse de una "reacción inesperada" de la tripulación.
Entretanto, el estado español ratificó su acuerdo de compra-venta de armas con Israel y modificó le ley de justicia universal para dar protección jurídica a un estado ocupante que comete crímenes de guerra, como señaló el informe Goldston de Naciones Unidas. Pero la imagen de Israel ante la opinión pública internacional quedó aún más deteriorada de lo que ya estaba tras la guerra con Líbano en 2006 y la masacre de Gaza en 2008-2009. Al estado sionista, que prefiere mantener su imagen de víctima y convencer a la opinión pública de que solo actúa en defensa propia, le crecieron los enanos del activismo por todos los frentes. El viceministro de Asuntos Exteriores, Danny Ayalon, declaró poco después del asalto al Mavi Marmara, "nosotros somos aquí las víctimas y quienes nos vemos obligados a emprender estas acciones para defendernos".
Sin embargo, esas palabras indignan a millones de personas y la corriente solidaria de la sociedad civil con palestina crece. La campaña de Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS) ha ido cosechando mayores éxitos, los diplomáticos israelíes llegaron a suspender visitas oficiales a otros países ante el temor a ser detenidos por crímenes contra la humanidad, y el apoyo a la Flotilla de la Libertad ha sumado adhesiones en todo el mundo, contando en la actualidad con 15 barcos de más de 25 países.
El potente lobby israelí ha conseguido que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ceda a sus presiones, como quedó patente en la carta enviada el viernes a los gobiernos cuyos ciudadanos participan en la segunda flotilla para que "desalienten a los activistas pro-palestinos de enviar los barcos con ayuda a Gaza" y llamar a Israel a "actuar con responsabilidad" para evitar la violencia.
"Diga lo que diga Israel como justificación para atacarnos o detenernos, tenemos derecho a llevar la ayuda humanitaria hasta las costas de Gaza, la legislación internacional y el Derecho Público Marítimo nos ampara", aseguran los activistas. Tanto la ONU, como EE.UU, la UE, Amnistía Internacional y Cruz Roja Internacional constatan que el bloqueo israelí a la Franja es ilegal.
El embajador de Israel en la UE, Ran Curiel, ya advirtió hace unas semanas que "aunque hipotéticamente no podemos decir que los activistas están poniendo en riesgo sus vidas, haremos cualquier cosa para proteger a nuestros ciudadanos dentro de la legalidad internacional". Una legalidad, sin embargo, reiteradamente violada.
En los once meses que lleva trabajando esta plataforma ciudadana a través de comités formados por voluntarios de casi todas las comunidades autónomas, ha logrado su objetivo de aportar un barco, un nutrido número de activistas y ayuda humanitaria a la Segunda Flotilla de la Libertad que zarpará en la segunda mitad de junio hacia Gaza.
"El gran respaldo que nuestra sociedad civil ha dado a la campaña es un todo un logro", afirma Laura Arau, reportera catalana que viajaba en el Mavi Marmara durante el asalto israelí y una de las impulsoras de Rumbo a Gaza.
"Hemos recibido más de 2.000 adhesiones, de organizaciones y personas a título individual, gente que no se conocía de nada se ha organizado en comités incluso a través de las redes sociales. Gracias a esta cooperación altruista, se han organizado actos de todo tipo, con conciertos que han llegado a congregar a más 6.000 personas. Hemos recibido el apoyo de agentes políticos, sociales y culturales de la sociedad, así como múltiples organizaciones, entidades sin ánimo de lucro y sindicatos. En cientos de ayuntamientos se han aprobado mociones a favor de la Campaña Rumbo a Gaza, incluso el Parlamento de Navarra aprobó una declaración de apoyo, resume Arau.
Eurorodiputados que han mostrado su apoyo a la flotilla han pedido a la comisaria de Asuntos Exteriores de la UE, Catherine Ashton, que forme un grupo de observadores para verificar la carga de ayuda humanitaria que será entregada a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), la cual está compuesta por material escolar recogido en centros educativos, equipamiento sanitario y de construcción, ya que Israel no permite el paso de los materiales imprescindibles para reconstruir la Franja (cemento, acero, cristal) tras la devastadora Operación Plomo Fundido que mató a 1.400 palestinos, destruyó 20.000 inmuebles de uso civil y arrasó la precaria infraestructura de Gaza.
El objetivo de la Segunda Flotilla no es simplemente humanitario, también tiene el importantísimo objetivo político de romper el bloqueo por mar y restaurar la libertad de movimientos, lo que equivale a restaurar la legalidad internacional. Rumbo a Gaza es una iniciativa que declara "no violenta , amparada por la legislación estatal e internacional y no está adscrita a ningún partido político en ningún lugar del mundo".
Presiones Los intentos de Israel por desacreditar e impedir esta iniciativa no cesan. Según fuentes diplomáticas israelíes, Netanyahu telefoneó el 10 de mayo a Zapatero, y le demandó que impidiera al barco español sumarse a la Flotilla.
Los artículos aparecidos en El Mundo y el País el 22 y 23 de marzo revelaron la creación de una unidad militar israelí centrada en espiar a las ONG extranjeras que pretenden acceder a Gaza con una nueva flotilla de barcos o alienten el boicot contra Israel. Los activistas de Rumbo a Gaza han interpuesto varias denuncias ante el juzgado por amenazas contra su integridad física y por un registro ilegal de la Guardia Civil al vehículo de uno de los organizadores durante el cual, y sin testigos, se fotografiaron las actas de las reuniones, documentos, listas de ingresos en las cuentas de Rumbo a Gaza, así como sus agendas y teléfonos personales.
Por Begoña Astigarraga. Lunes, 30 de mayo de 2011.
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