13 de abril de 2012

Sobre la normalización y los boicots parciales


Por: Campaña Palestina para el Boicot Académico y Cultural a Israel

Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos.

Dos de las cuestiones más importantes que surgen cuando se debaten acerca del Boicot, Desinversión y Sanciones [a Israel] (BDS), particularmente en los países occidentales, son (A) si los palestinos deberían trabajar con los israelíes en vez de boicotearlos, y (B) si las personas que apoyan el BDS deberían boicotear completamente a Israel o solo a aquellas compañías implicadas en la ocupación y las colonias de Israel. Esperamos que la siguiente discusión aclare ambos puntos.

Co-resistencia frente a co-existencia

A lo largo de los años en la Campaña Palestina para el Boicot Académico y Cultural a Israel (PACBI, por sus siglas en inglés) hemos definido constantemente nuestra postura acerca de la normalización en un esfuerzo por ganar nuevos aliados y clarificar a nuestros compañeros la premisa de los intercambios palestinos e israelíes. Es importante señalar que en el movimiento de BDS hay varios compañeros israelíes que también apoyan nuestros derechos globales según el derecho internacional, incluyendo a Coalition of Women for Peace and Boycott! Supporting the Palestinian BDS Call from Within [Coalición de Mujeres por la Paz y el Boicot, Apoyar el Boicot desde dentro] [1]. Además, al leer el Llamamiento de BDS de 2005 [2], apoyado por la abrumadora mayoría de la sociedad civil palestina, se puede observar un llamamiento explícito a los israelíes de conciencia a unirse al movimiento por la libertad, la justicia y derechos iguales para todos. Por consiguiente, lo que importa a la hora de determinar la normalización no es la mera colaboración con los israelíes sino la esencia y las bases de esta colaboración.

La palabra normalización es una traducción al inglés [normalization] de la palabra árabe tatbi’, que significa “hacer que algo anormal parezca normal”. Como declaró antes la PACBI:

«Resulta de ayuda considerar la normalización como una “colonización de la mente” según la cual el sujeto oprimido llega a creer que la realidad del opresor es la única realidad “normal” que hay que suscribir y que la opresión es un hecho de la vida al que hay que hacer frente. En un intento por encubrir sus violaciones del derecho internacional y de los derechos humanos, Israel trata de dotarse de una nueva imagen o de presentarse como normal (incluso como “ilustrado”) a través de un intrincado despliegue de relaciones y de actividades que abarcan la alta tecnología, lo jurídico, los LGBT [Lesbianas, Gays, Bisexuales y personas Transgénero] y otros ámbitos [3]».

Otro aspecto de la normalización es utilizar a los palestinos y a los árabes como “hojas de parra” [4]. En el contexto de la aplicación de las directrices del movimiento de BDS para la campaña de boicot cultural y académico a Israel la PACBI se enfrenta a veces a escenarios en los que los detractores del boicot tratan de redimir sus conciencias (además de ganar cierta base moral) utilizando a peones palestinos (y más raramente árabes) como hojas de parra para cubrir su complicidad con las violaciones por parte de Israel del derecho internacional y de los derechos de los palestinos. Aunque la lista de estas hojas de parra disminuye cada año gracias a la reciente e impresionante expansión de la conciencia del BDS entre los palestinos y en el mundo árabe, siguen habiendo personas que están dispuestas a aceptar que sus nombres sean manipulados en las cínicas agendas políticas de los violadores internacionales del boicot.

De lo anterior se puede ver que la normalización se aplica a las relaciones que transmiten un mensaje falso o engañoso de normalidad, de simetría o de paridad en relación a una relación a todas luces anormal y asimétrica de opresión colonial y apartheid [5].

Se deben cumplir dos condiciones básicas para que una relación palestino-isrelí no sea una forma de normalización: (1) la parte israelí debe apoyar derechos completos y totales para todos los palestinos de acuerdo con el derecho internacional y (2) la propia relación debe implicar una forma de resistencia a la ocupación de Israel y a las violaciones del derecho internacional. Los israelíes que apoyan el conjunto de nuestros derechos según el derecho internacional y luchan junto a los palestinos contra el Muro, los checkpoints y otras formas de apartheid son compañeros nuestros. Las relaciones con ellos no son normalización. Sin embargo, actividades como las de “Seeds of Peace” [6], “One Voice” [7] y de otras organizaciones similares son claros ejemplos de normalización, independientemente de lo que afirmen las personas implicadas en estos proyectos. De forma engañosa retratan a palestinos e israelíes como si estuvieran al mismo nivel, además de que no tienen una postura clara sobre cómo acabar con el sistema de opresión israelí de múltiples facetas.

Como lo expresaba un destacado activista de la juventud palestina, la única relación normal entre personas de la comunidad opresora y personas de la comunidad oprimida es la co-resistencia, no la co-existencia [8]. Desde el punto de vista ético, la co-existencia solo puede darse una vez acabada la opresión, cuando ambas partes pueden disfrutar de derechos iguales.

¿Boicot parcial o total a Israel?

Después de no haber podido frenar los progresos del BDS, algunos de los llamados sionistas de izquierda, motivados por un auténtico miedo a la desaparición del sionismo y con una agenda explícita de “salvar al Israel del apartheid”, han tratado recientemente de enredar las cosas sugiriendo un boicot compatible con los sionistas para minar el movimiento de BDS dirigido por los palestinos [9], que está atrayendo a cada vez más jóvenes activistas judíos en Occidente, especialmente en los campus universitarios. El BDS es un movimiento coherente desde el punto de vista ético y basado en los derechos, anclado en el derecho internacional y en los derechos humanos universales. Como tal el BDS rechaza todo tipo de racismo, incluyendo el sionismo, además de no poder coexistir con él. ¡Un “BDS sionista” es tan lógico como una “igualdad racista”!

El BDS no consiste en salvar a Israel como un Estado de apartheid, que abandonaría algunos territorios ocupados densamente poblados por palestinos para convertir a Israel en un Estado de apartheid más puro y prologar la vida de este apartheid varios años más. El BDS consiste en lograr los derechos palestinos, el principal de los cuales es el inalienable derecho a la autodeterminación acabando con el sistema de opresión racial y colonial de Israel basado en tres niveles: colonialismo, opresión y apartheid.

Por supuesto, la PACBI y el Comité Nacional de BDS (BNC, por sus siglas en inglés) abogan por un boicot total hasta que Israel ponga fin a este sistema de opresión en tres niveles y no simplemente a su ocupación de Cisjordania y Gaza. La razón principal de esta postura es que, según el derecho internacional, Israel, como poder ocupante, es responsable de la ocupación y de todas sus manifestaciones (colonias, muro, asedio, demoliciones de casas, etc.), por no hablar de otras violaciones graves del derecho internacional fuera del ámbito de la ocupación, como los desplazamientos forzados, la negación de los derechos de los refugiados y el crimen del apartheid (del que cada vez más expertos legales están convencidos de que Israel es culpable). El movimiento de BDS llama a boicotear a Israel como Estado responsable de la negación de los derechos de los palestinos, exactamente igual que Sudáfrica fue objeto de boicot debido a su régimen de apartheid, China es objeto de algunos boicots debido a su ocupación de Tibet y Sudán es objeto de algunos boicots debido a sus crímenes en Darfur. Solo en el caso de Israel oímos objeciones a boicotear a un Estado que es responsable de violaciones mayúsculas del derecho internacional y oímos sugerencias de boicotear en vez de ello solo algunas manifestaciones de estas violaciones (como las colonias) y no la causa raíz de ellas.

Con todo, el BDS es completamente sensible al contexto. Esto significa que las personas que apoyan el BDS en cualquier contexto particular deciden qué boicotear o de dónde desinvertir, cómo lograr sus objetivos locales, cómo crear alianzas y cómo llevar a cabo la campaña, con sensibilidad a sus propios contextos político, cultural y organizativo. Unos compañeros pueden decidir boicotear solo a compañías implicadas en la ocupación israelí y esto es perfectamente adecuado si se hace tácticamente y no sobre la base de un rechazo de principios del boicot total cuando lo permitan las circunstancias. Esta es la fuerza del BDS, el no ser un movimiento centralizado, dogmático o dirigido. Es un movimiento coherente desde el punto de vista moral, dirigido por los ciudadanos cuyo común denominador son los principios humanos básicos y el derecho internacional, además de contar con una gran creatividad e iniciativa a la hora de implementar las diferentes formas de BDS en cualquier contexto.

Sobra decir que si los partidarios británicos, estadounidenses, alemanes u holandeses del BDS desean hacer campaña por un boicot selectivo o no, eso es una cuestión que solo les concierne a ellos ya que, como explicamos antes, creemos en iniciativas locales y que tenga en cuenta cada contexto. Pero esperamos sinceramente que respeten el derecho palestino a la autodeterminación y no traten de hablar en nuestro nombre cuando se trate de afirmar nuestros derechos globales y estrategias de resistencia civil, ya que eso sería una forma de condescendencia inaceptable en una relación de compañerismo en la lucha por una paz justa, la única paz que pueden buscar las comunidades oprimidas del mundo.

Como fue el caso en la lucha internacional contra el apartheid en Sudáfrica, adoptar la orientación de representantes de los oprimidos que tiene un amplio respaldo (en este caso, los dirigentes palestinos del movimiento BDS, el BNC y las líneas directrices de respeto al boicot establecidas por la gran mayoría de la sociedad oprimida) es una obligación ética para cualquier persona de conciencia o grupo realmente solidario con los oprimidos. Esto se debe entender en el contexto de un movimiento global descentralizado basado en el respeto a la tácticas y a la elección de objetivos de los compañeros mientras se salvaguarden los principios generales del movimiento.

Notas:

[1] http://boycottisrael.info/

[2] http://www.bdsmovement.net/call

[3] http://www.pacbi.org/etemplate.php?id=1749

[4] http://www.pacbi.org/etemplate.php?id=1645

[5] http://www.russelltribunalonpalestine.com/en/wp-content/uploads/2011/09/RToP-Cape-Town-full-findings2.pdf

[6] http://www.pacbi.org/etemplate.php?id=1220

[7] http://www.pacbi.org/etemplate.php?id=1436

[8] http://www.maannews.net/eng/ViewDetails.aspx?ID=405314

[9] http://www.nytimes.com/2012/03/19/opinion/to-save-israel-boycott-the-settlements.html?_r=1&ref=opinion

[10] http://www.kairospalestine.ps/sites/default/Documents/English.pdf

[11] http://www.kairospalestine.ps/sites/default/Documents/The%20Bethlehem%20call.pdf

[12] http://www.oikoumene.org/en/news/news-management/eng/a/article//from-south-africa-to-pale.html

Fuente original: http://www.pacbi.org/etemplate.php?id=1850

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