9 de marzo de 2011

Judith Butler: No estaréis solos

Fuente: Viento Sur, junio de 2010.

[El 18 de marzo de 2010, el Consejo de Estudiantes de la Universidad de Berkeley adoptaba por 16 votos contra 4 una moción que preconizaba la retirada de los fondos entregados por la universidad a las empresas General Electric y United Technologies, en razón de su implicación en la ocupación y el ataque a Gaza por Israel ocasionando pérdidas de vidas de civiles. Una semana más tarde, el presidente del Consejo estudiantil oponía su derecho a veto a la adopción de dicha decisión. Los opositores a esta moción (para más precisiones sobre el texto, ver [1]) han llevado a cabo una campaña enorme de desinformación. Mientras, se desarrollaba una fuerte movilización estudiantil (de la que se informa en la página de “Call Divest from Apartheid” [2]), en el marco más general de la campaña BDS (Boicot-desinversiones-sanciones). Ha faltado un voto en el Consejo estudiantil, de nuevo llevado a pronunciarse el 28 de abril de 2010, para pasar por encima del veto del presidente. La moción llamando a la desinversión no ha sido aprobada finalmente, pero ha dado lugar a un debate y una movilización en los que la autora ha tomado una parte activa. Este texto, fue publicado en inglés en The Nation el 13 de abril de 2010 y fue la base del discurso que al día siguiente pronunció Judith Butler ante un foro de estudiantes de Berkeley].

Partimos del principio de que es muy difícil oír el debate que tenemos aquí. Se oye a alguien decir algo, se teme que haya dicho otra cosa. Es difícil confiar en las palabras, o incluso saber lo que las palabras quieren decir verdaderamente. Es un signo de que reina un cierto miedo, pero también una cierta sospecha sobre las supuestas intenciones de los participantes, así como un temor de las implicaciones de las palabras y de los actos. Por supuesto, no tenéis necesidad de que os de un curso de retórica esta tarde, pero si tenéis un momento, podríais quizá hacer una pausa y considerar de forma reflexiva lo que está verdaderamente en juego en este voto, y lo que no lo está. Dejadme presentarme primero como enseñante judía de la universidad de Berkeley, miembro del comité consultivo de “Jewish Voice for Peace” [3], del comité ejecutivo de la ONG “Faculty for Israeli-palestinian Peace”[4], del Tribunal Russsell sobre Palestina [5] y del Consejo de Administración del Teatro de la Libertad de Jenin. Estoy escribiendo un libro sobre las críticas judías contra la violencia de estado, la concepción judía de la coexistencia, y la importancia de la “Memoria” en las tradiciones poéticas y filosóficas judías y palestinas.

Lo primero que querría decir es que casi no queda ya un hogar judío en este país -o incluso en Europa, y en Israel en gran parte- en el que no haya desacuerdo importante sobre el status de la ocupación, de la agresión militar israelí y sobre el futuro del sionismo, del binacionalismo y de la ciudadanía en las tierras llamadas de Israel y Palestina. No existe ya una única voz judía y, estos últimos años, las diferencias entre nosotros han aumentado como prueban la multiplicación de los grupos judíos que se oponen a la ocupación y critican activamente la política militar agresiva de Israel. En los Estados Unidos y en Israel, se pueden citar: Jewish Voice for Peace, American Jews for a Just Peace, Jews Against the Occupation, Boycott from Within, New Profile, Anarchists Against the Wall, Women in Black, Who Profits?, Btselem, Zochrot, Black Laundry, Jews for a Free Palestine (Bay Area), No Time to Celebrate y muchos otros. La emergencia de J. Street /1 [6] es el resultado de un importante esfuerzo para establecer una voz alternativa a la AIPAC /2 [7]. Incluso si J. Street se ha opuesto a la moción que tenéis ante vosotros, la joven generación de esta organización ha contestado activamente las políticas de su dirección: ahí hay también diferencias, divisiones y desacuerdos.

Por tanto si se os dice que atacar a la ocupación es atacar “a los judíos”, entonces debéis pensar en el número de judíos que están ya contra la ocupación, y preguntaros si queréis estar con ellos o contra ellos. Si se os dice que “los judíos” hablan con una misma voz sobre la cuestión, entonces podríais preguntaros si es exacto imaginar a “los judíos” como una única y misma fuerza, con un único punto de vista, indivisible. Es falso. Los patrocinadores de la mesa redonda del lunes por la tarde en la fundación Hille /3 [8] se han asegurado de no invitar a representantes de los puntos de vista con los que están en desacuerdo. E incluso hoy, cuando las manifestaciones en Israel contra la confiscación ilegal de las tierras palestinas son cada vez más numerosas e importantes, vemos aparecer una coalición novedosa de quienes intentan oponerse a una regla militar injusta, a la confiscación ilegal de las tierras, y defienden las normas internacionales precisamente cuando las naciones se niegan a aplicarlas.

Durante mi infancia, aprendí en mi sinagoga –que no era particularmente un bastión de la radicalidad- que era imperativo rebelarse contra la injusticia social. Se me dijo que había que tener la valentía de hablar, de hablar fuerte, incluso cuando la gente te acusa de romper con el sentido común, incluso cuando amenazan con censuras y castigos. La peor de las injusticias, aprendía, es permanecer silenciosos frente a la injusticia criminal. Esta tradición ética social judía que fue crucial para luchar contra el nazismo, el fascismo y todas las formas de discriminación se reveló particularmente importante en la lucha por los derechos de los refugiados tras la Segunda Guerra Mundial. Por supuesto, no se pude hacer una analogía estricta entre la Segunda Guerra Mundial y la situación actual, no se pueden tampoco asimilar Africa del Sur e Israel, pero se pueden construir marcos generales para pensar la coexistencia, el derecho de vivir al abrigo de las agresiones militares externas, el derecho de los refugiados . Estos derechos están en la base de numerosas leyes internacionales que judíos y no judíos han considerado oportuno adoptar a fin de vivir en un mundo más justo para todas las poblaciones cualesquiera que sean sus nacionalidades y sus pertenencias comunitarias. Si algunos de nosotros esperan que Israel se conforme a las leyes internacionales, es precisamente para que un pueblo pueda vivir entre otros pueblos en la paz y la libertad. No es deslegitimar a Israel demandarle respetar la ley internacional. De hecho, el respeto del derecho internacional es el mejor medio de ganar legitimidad y respeto y de tener un lugar duradero entre los pueblos del mundo.

Por supuesto, podríamos discutir sobre las formas políticas que Israel y Palestina deben tomar para que el derecho internacional sea respetado. Pero ahí no está la cuestión que se os presenta esta tarde. Tenemos mucho tiempo para reflexionar sobre ese tema, y os invito a uniros a mi para llevar a cabo esta reflexión en el futuro, con espíritu claro. Pero considerad simplemente esto : la moción que tenéis ante vosotros no supone que tengáis que tomar posición sobre Israel. Se que esto da ciertamente la impresión de que así es, puesto que la discusión no se ha desarrollado más que sobre este aspecto. Pero en realidad hay dos puntos decisivos que considerar. El primero es sencillamente éste : existen dos empresas que no solo intervienen en la ocupación por Israel de las tierras y del pueblo palestino, sino que además sacan beneficios de esta ocupación. Están en parte sostenidas gracias a fondos invertidos por la Universidad de California. Son General Electric y United Technologies. Estas firmas producen aviones diseñados para bombardear y matar, y que han efectivamente bombardeado y matado civiles, como han demostrado ampliamente Amnistía Internacional y Human Rights Watch. Se os demanda retirar los fondos invertidos en esas dos sociedades. No se os demanda suprimir toda financiación hacia empresas que hacen intercambios comerciales con Israel. No se os demanda decidir retirar los fondos entregados a empresas o ciudadanos israelíes, sobre la base de su pertenencia nacional o comunitaria. Se os demanda solo llamar a la desinversión de firmas específicas que fabrican armas que matan a civiles. Es aquí donde se sitúa el debate.

Si la prensa u otros intentan hacer titulares incendiarios, decir que se trata de un ataque hacia Israel, de un ataque hacia los judíos, de un ascenso del antisemitismo, o de un acto que muestra una insensibilidad a los sentimientos compartidos por algunos de nuestros estudiantes, entonces no hay desde mi punto de vista más que una única respuesta que dar. ¿Vamos a dejarnos intimidar hasta el punto de no defender lo que es justo ? Es sencillamente contrario a la ética invertir fondos de la universidad en tales compañías cuando ellas se benefician de la muerte de civiles, en las condiciones de una ocupación militar duradera, que es manifiestamente ilegal según el derecho internacional. Matar civiles es un crimen de guerra. Votando si, decís que no queréis que los fondos de esta universidad sean invertidos en crímenes de guerra y que defendéis este principio independientemente de quien comete esos crímenes o de quienes los sufren.

Por supuesto, deberíais preguntaros claramente si aplicaríais los mismos principios a otra ocupación u otro caso de crimen de guerra. Subrayo que la moción que está ante vosotros se compromete a desarrollar una política de desinversiones de todas las empresas implicadas en crímenes de guerra. En este sentido, es portadora a la vez de una reivindicación universal y de una trayectoria de universalización. Recomienda explícitamente “otras políticas de desinversión para mantener los fondos de la universidad fuera de las empresas que apoyan crímenes en el mundo, como los que tienen lugar en Marruecos, Congo y en otros lugares identificados por las Naciones Unidas y las principales organizaciones en favor de los derechos humanos”. Israel no es un caso aparte. Si algo está estigmatizado es la ocupación y muchos israelíes os dirán que Israel debe ser distinguida de su política de ocupación ilegal. Es claramente la razón por la que
el llamamiento a la desinversión es selectivo : no se refiere a todas las compañías israelíes de forma indiferenciada, llama a la desinversión de dos firmas cuyos lazos con los crímenes de guerra están bien demostrados.

Esto debe constituir un precedente a fin de que una política más robusta de inversiones éticas sea aplicada a cualquier empresa en la que la Universidad de California invierta. Es el comienzo de una secuencia, a propósito de la cual los dos campos de este debate pueden ponerse de acuerdo. Israel no será señalada con el dedo en tanto que nación a boicotear –y señalamos que esta resolución en si misma no llama al boicot a Israel. Pero la ocupación llevada a cabo por Israel no debe tampoco quedar al margen de las normas internacionales. Si decís que la comprensión histórica de la génesis de Israel le da un status excepcional en el mundo, entonces estáis en desacuerdo con los primeros pensadores del sionismo, de los que forman parte Martin Buber y Judah Magnes, que decían que Israel no debía solamente vivir igual que otras naciones, sino también ejemplificar los principios de igualdad y de justicia social a través de sus acciones y su política. No hay nada en la historia de Israel o del pueblo judío que sancione los crímenes de guerra o que nos demande suspender nuestro juicio hacia esos crímenes.

Se puede debatir largo y tendido sobre la ocupación, pero no estoy segura de que se pueda jamás encontrar una justificación, basada en el derecho internacional, a la privación de millones de personas de su derecho a la autodeterminación y su protección contra el acoso militar y policial. Pero una vez más, se puede tener este debate y no estamos obligados a concluirlo aquí para comprender la opción específica que tenemos que hacer. No estáis obligados a tener una opinión definitiva sobre la ocupación para reconocer que invertir en empresas que cometen crímenes de guerra es absolutamente inaceptable. Diciendo esto, os unís a judíos, musulmanes, hindúes, cristianos, y tantos otros pueblos de diversas religiones y tradiciones seculares que creen que el buen gobierno internacional, la justicia y la paz exigen el respeto del derecho internacional y de los derechos humanos, así como la oposición a los crímenes de guerra. Decís que no queréis que nuestro dinero financie bombas, helicópteros y material militar que sirven para destruir la vida de civiles. No lo queréis este contexto, no lo queréis en ningún contexto.

Quisiera hacer algunas preguntas : ¿Qué habría ocurrido con los derechos humanos internacionales sin los judíos ?. Ayudamos a fundar estos derechos, en Nuremberg y también en Jerusalén. ¿Qué significa pues esa forma de decirnos que declararse a favor del derecho internacional y de los derechos humanos sería insensible para con la judeidad ?. Decir eso es mentir –¡y qué visión monstruosa de lo que significa ser judío !. Es deshonrar las tradiciones profundas de justicia social que emergieron de la lucha contra el fascismo y las luchas contra el racismo ; es borrar la tradición del ta-ayush, el vivir juntos, la relación ética con los no-judíos que es la sustancia de la ética judía y hacer abstracción del valor dado a la vida, cualesquiera que sean la religión y el origen de quienes vivan.

No tenéis necesidad de demostrar que la lucha contra esta ocupación es la misma que la lucha histórica contra el apartheid para saber que cada lucha tiene una dignidad y un valor en sí misma, y que la opresión bajo todas sus formas no tiene necesidad de ser absolutamente idéntica para ser igualmente injusta. Os diré que la ocupación y el apartheid constituyen dos formas de colonización, pero que no tenemos necesidad de acceder a una comprensión completa de las convergencias y divergencias entre estas versiones para resolver la cuestión de hoy. Nada en la que tenéis ante vosotros depende del carácter deshilvanado de esta analogía. Votando por esta moción, lucháis con los judíos progresistas del mundo entero sobre los principios fundamentales de justicia social. Esto significa que lucháis con quienes no esperan solo luchar con los suyos, sino con la humanidad entera, y que lo hacen en virtud de los valores que les animan, religiosos o no.

Para concluir, permitidme decir esto. Puede ocurrir que tengáis miedo de la idea de votar esta resolución. Yo tenía miedo de venir aquí esta tarde. Puede ser que tengáis miedo de ser asimilados a antisemitas, que no podáis soportar la imagen de ser insensibles a la necesidad de autodefensa de Israel, insensibles al sufrimiento del pueblo judío. Quizá es mas juicioso recordar las palabras de Primo Levi, que sobrevivió a un internamiento brutal en Auschwitz, cuando tuvo la valentía de oponerse a los bombardeos israelíes en el sur de Líbano a comienzos de los años 1980. Criticó abiertamente a Menahem Begin, que dirigía entonces el bombardeo de las zonas civiles, y recibió muchas cartas preguntándole si se preocupaba solamente de la sangre derramada por los judíos. Esto es lo que escribía :

« Respondo que esa sangre derramada me produce dolor, tanto como la sangre derramada por todos los demás seres humanos. Pero siguen existiendo estas cartas desgarradoras. Y estas cartas me atormentan, porque se que Israel ha sido fundado por gente como yo, solo que menos afortunada que yo. Hombres con un número de Auschwitz tatuado en su brazo, sin hogar ni patria, que huían de los horrores de la Segunda Guerra Mundial, que encontraron en Israel un hogar y una patria. Se todo eso. Pero se también que esa es la defensa favorita de Begin. Y niego toda validez a esa defensa".

Como muestra claramente el historiador israelí Idith Zertal, no debéis utilizar el sufrimiento más atroz de la historia para legitimar el poder de destrucción militar. Se trata ahí de un uso cruel y retorcido de la historia del sufrimiento, para defender causar sufrimientos a otros.

La lucha contra el miedo en nombre de la justicia social forma parte de una larga y venerable tradición judía; no es nacionalista, es cierto, y no se emprende solo por mi propia libertad, sino por todas nuestras libertades. Recordemos que no hay un judío, ni siquiera un Israel, que quienes dicen eso intentan intimidaros y contener vuestro poder crítico. Votando esta resolución, entráis en un debate que está ya en curso y que es crucial para la materialización de la justicia, la que implica tener la valentía de levantarse contra la injusticia, lo que aprendí siendo niña y que debemos aprender ahora y siempre. Se que no es fácil hacerse oír así. Pero si lucháis contra el silencio defendiendo lo que es justo, entonces os situáis en el centro del corazón de esta lucha contra la opresión y por la libertad, una lucha que sabe que no hay libertad para uno sin libertad para todos. Hay quienes os acusarán seguramente de odio, pero esas acusaciones son quizá la encarnación misma del odio. No se trata de entrar en un ciclo de amenazas, de violencia y de odio -es el ciclo infernal de la guerra misma. Se trata de abandonar este discurso de guerra para afirmar lo que es justo. No estaréis solos. Hablaréis a la vez que otros y estaréis, de verdad, en vías de marcar una nueva etapa en la realización de la paz. Los principios de no violencia y de la cohabitación son los únicos que pueden servir de fundamento de la paz. Tendréis el apoyo de un movimiento cada vez más importante y dinámico, intergeneracional y mundial, pronunciándoos contra la destrucción militar de vidas inocentes y contra el beneficio que se deriva de esta destrucción. Lucharéis con nosotros, tan seguramente como nosotros lucharemos con vosotros.

Judit Butler es profesora en retórica y literatura comparada en la UC Berkeley.

NOTAS.

1/ J. Street [9], [10] : plataforma que reúne judíos americanos que se definen como pro-Israel y piensan que la solución del conflicto israelo-palestino reside en la creación de dos estados.

2/ America´s Israel Public Affairs Committee [11], [12]. Se define como el lobby de la América pro Israel.

3/ La fundación Hillel [13], [14 ], es una fundación que liga a los estudiantes judíos de campus americanos y tiene como objetivo hacer vivir la identidad judía y ayudar y financiar a sus miembros. Ha tomado posición activamente para oponer un veto a la moción BDS.

Enlaces:

[1] http://www.protection-palestine.org/spip.php?article8512
[2] http://www.caldivestfromapartheid.com/
[3] http://www.jewishvoiceforpeace.org/
[4] http://www.ffipp.org/
[5] http://www.russelltribunalonpalestine.org/
[6] http://www.contretemps.eu/interventions/vous-ne-serez-pas-seuls#sdfootnote1sym
[7] http://www.contretemps.eu/interventions/vous-ne-serez-pas-seuls#sdfootnote2sym
[8] http://www.contretemps.eu/interventions/vous-ne-serez-pas-seuls#sdfootnote3sym
[9] http://www.contretemps.eu/interventions/vous-ne-serez-pas-seuls#sdfootnote1anc
[10] http://www.jstreet.org/about/about-us
[11] http://www.contretemps.eu/interventions/vous-ne-serez-pas-seuls#sdfootnote2anc
[12] http://www.aipac.org/
[13] http://www.contretemps.eu/interventions/vous-ne-serez-pas-seuls#sdfootnote3anc
[14] http://www.hillel.org/about/news/2010/apr/15apr10_Berkeley.htm

Traducido de http://www.contretemps.eu/interventions/vous-ne-serez-pas-seuls

Traducción: Alberto Nadal para VIENTO SUR

Judith Butler

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